Terrorismo en Paris
Lamentablemente esta es la verdad: por más que todas las naciones del mundo condenen los ataques de Paris (y cualquier otro ataque anterior), por más que cantemos “Imagine” de John Lennon tomados de las manos con desconocidos, o encendamos velas y llenemos las redes sociales de mensajes y fotos invocando la paz, el terrorismo seguirá entre nosotros, cada día con mas intensidad. Tengo una hija y espero vivir varias décadas mas. No quiero vivirlas pensando que mi hija, o mis seres queridos o yo, vamos a volar por los aires o morir baleados porque salimos de casa.
Entonces quiero pensar en soluciones. Lo digo hace años. La cada vez más arraigada costumbre de ser “políticamente correctos”, no nos está llevando por buen camino.
Si creen que soy prejuiciosa, que lo crean. Al menos sepan esto: la única amiga a quien llamo “mi hermana” es una libanesa musulmana.
Como en países tales como EEUU somos muy respetuosos de las leyes y de los principios de libertad de expresión y demás, en un aeropuerto un joven que se llame Mohammed con “cara de odiar al mundo” no será revisado antes de embarcar por no “ofenderlo”, mientras mi madre de 90, ha debido en reiteradas ocasiones sacarse sus zapatos, le han revisado su bastón como si fuese un arma secreta de James Bond, la han pasado por la máquina de rayos X y hasta le han revisado las manos en busca de restos de explosivos.
Eso es lo que nos define y nos diferencia de aquellos que nos atacan. Somos respetuosos hasta de nuestros enemigos. Sin embargo es cierto que casi sin excepción, los últimos atentados perpetrados en el mundo (desde el 9-11, hasta Atocha, el avión ruso y Paris) han sido realizados por jóvenes musulmanes islamistas.
Si, ya sé que son solo los radicalizados. Pero estoy en el punto en el que prefiero que me acusen -o nos acusen a todos- de prejuiciosos o de racistas, a ser la próxima víctima de una bomba llena de odio político-religioso irracional.
No propongo desde ningún punto de vista que odiemos a aquellos que practican su religión en paz, ni que nos convirtamos todos en un racista Donald Trump a nivel global.
Pero me pregunto algo: aquellos musulmanes que sostienen estar en contra de estos ataques, ¿(por qué no organizan marchas multitudinarias en todo el planeta, repudiando los ataques? Muchos solo se animan a poner mensajes en redes sociales. Muchos no hacen nada. Su silencio los hace ver como cómplices.
Las naciones del planeta deben unirse para terminar con este flagelo. A los tiros o como sea. Y no solamente los países de occidente.
Hace casi 40 años, en 1978, hemos visto a un desertor búlgaro asesinado con veneno inyectado a través de un paraguas con probable ayuda de la KGB. (*)
Diez años después nuestro amigo Vladimir Putin se hizo cargo de esa agencia con el nombre de Servicio Federal de Seguridad.
¿Me van a decir que si Hollande, Obama, Putin y todos los demás lideres del mundo realmente quisieran, no podrían terminar de una vez con estos salvajes asesinos?
Hemos peleado tantas guerras inútiles y mentirosas en los últimos 100 años. Me cuesta y hasta avergüenza decirlo, pero ésta es una guerra que apoyo. No enviando jóvenes soldados al frente a morir, sino usando los recursos y la tecnología que el mundo posee, y jugando a una guerra de guerrillas electrónica y mortal que los de ISIS, Al-Qaeda y demás asesinos fanáticos no pueden ganar. No bombardeando poblaciones enteras que dejan viudas y huérfanos que juran venganza aumentando la cantidad de enemigos. Nosotros jamás los superaremos si seguimos así.
¿Cómo se puede ganarles a quienes envían a felices asesinos a inmolarse con ganas y alegría y cuyas propias madres festejan la muerte de sus hijos mártires?
Por supuesto es cierto que no todos los musulmanes son terroristas y que aquellos que no lo son, son también víctimas. Pero con que un pequeño porcentaje lo sea hablamos de una cifra abrumadora.
A partir de 2010, más de mil seiscientos millones o aproximadamente el 23,4% de la población mundial son musulmanes. Es la población religiosa con mas rápido crecimiento.(1)
Si dijésemos que solo un 0,1% de ellos son extremistas o terroristas, llegaríamos a la escalofriante cifra de un millón seiscientas mil personas repartidas por el mundo intentando matarnos. Si la matemática no me falla, estoy aterrorizada.
Lo peor de todo, es que ese porcentaje (mi cifra es arbitraria, puede ser menor o mayor) mantiene bajo un estado de terror al resto de la población de sus propios países. No se ha visto mucha voluntad política de países como Jordania o Arabia Saudita o Kuwait de involucrarse para defender a sus hermanos musulmanes que están siendo aterrorizados en otras naciones y menos a nosotros. Y la Unión Europea bajó de la lista de grupos terroristas a Hamas(2). ¿Que creen que son? ¿La orden de las Carmelitas Descalzas?
Los intereses y las alianzas son más importantes que todos los muertos del terrorismo junto.
La pregunta sería ¿Hasta cuándo?
(*)https://en.wikipedia.org/wiki/Georgi_Markov
(1) http://www.pewforum.org/2015/04/02/religious-projections-2010-2050/
(2)http://www.elmundo.es/internacional/2014/12/17/5491468dca474108458b4578.html
Agrego un resumen de tweets enviados por Dardo Gasparré.
El Islam quiere dominar primero al cercano oriente, luego a Europa y luego al mundo. Para ello, utiliza el mismo concepto que en el siglo VII. Un avance sin miramientos a costa de muertos propios y extraños, niños incluidos.
La Yihad. Usa el Corán como arma y como mandato y quiere imponer su dominación religiosa, ética y política. Ese cambio nace con la revolución de Jomeini contra el Sha de Iran, madura, y estalla con la “primavera árabe”. Hay como un comando central del Islam así concebido, que usa a los países, sus religiones y sus sectas. Lo que no se logra con la política o la diplomacia, se logra con el terrorismo y las decapitaciones. Como en un gigantesco y siniestro sistema de guerrillas, Occidente no sabe contra quién disparar o a quien atacar. Los países árabes pro americanos están presos también de su pertenencia árabe-islámica y del terrorismo de la yihad. La población de esos países es también víctima y rehén del Islam en su nueva concepción. Una especie de mezcla de procedimientos del sistema narco y el sistema de mafias, unido al fanatismo religioso desde la cúpula. El objetivo central del Islam es dominar primero a todos los países árabes e islámicos de Asia y África. Y luego proyectarse a Europa, imponer la Shaira, y crear un Califato único. Tal como lo hizo por 6 siglos desde el VII. Para ello está dispuesto a cualquier extremo. La muerte de propios y extraños es un detalle. Los muertos propios ayudan al martirologio. En ese juego de ajedrez del que son inventores, el Islam usa la emigración forzada a Europa como un arma más. Porque los musulmanes se podrán volver ciudadanos europeos y asimilar sus costumbres y conocimientos, pero seguirán rehenes del islamismo y el Corán. Como se ha visto tantas veces. Y morirán por ese mandato divino. La Yihad, en su concepción moderna, que unifica lo peor del sunismo y el chiísmo tiene una sola interpretación. Es el sacrificio sin límite que todo musulmán debe hacer para imponer el Islam en el mundo. El terrorismo islamita manda a sus niños y hambrientos a morir al frente de combate. Su objetivo es ser imperio. Usa todos los recursos. El terror, la lástima, la fe, la apelación al Corán y su supuesto mandato de predicar y convertir con la muerte. La miseria que creará el bajo precio del petróleo ayudará a los cerebros fundamentalistas a aumentar el éxodo y la presión. Terrible dicotomía, que Occidente no está preparado para comprender, mucho menos para resolver. Ni los estados, ni los ciudadanos. Occidente es golpeado en su flanco más doloroso y débil: su concepción y formación cristiana.
Fotografia de Stephan Junillon du Tigny