¿A Cuanto El Kilo De Seguidor?
A veces se me cruzan ideas en la cabeza y tengo la necesidad de escribirlas como si de eso dependiera mi salud mental. No puedo estar tranquila hasta plasmarlas en papel (virtual), pero como tengo tal cantidad de ocupaciones, tardo días en poder hacerlo.
Estaba pensando como están cambiando algunos valores significativos sin que nos demos cuenta.
En mi juventud, una persona respetada podía ser desde un juez a un artista plástico. Un músico, un policía o un atleta. Cualquier ocupación era digna de respeto. Un ebanista, un arquitecto, y hasta diría, sin peligro de morir apedreada, un político.
Hoy, hay una nueva generación de “respetados”, que lejos de tener verdaderos méritos, son simplemente “famosos por ser famosos”.
Recuerdo el año pasado en un programa de TV de Univisión donde trabajaba, explicando a otros latinoamericanos y españoles, el significado (hueco, por cierto) del término “personaje mediático”, tan aplicado en Argentina, a esos que no son nadie y no hacen nada sino trabajar de exponerse mediante escándalos cuidadosamente manufacturados, para ser consumidos por un público hambriento de contenido vacío.
En mi experiencia de los últimos años en los medios, de ambos lados de la cámara, he visto aumentar de forma alarmante el “precio por cabeza” de aquellas personas que tienen más seguidores en las redes sociales. Como si la cantidad de seguidores, representara un valor en sí mismo que va más allá de lo comercial. Trabajos de todo tipo han sido asignados ya no a los candidatos más idóneos o experimentados, sino a los más seguidos en redes.
He escuchado a muchas personas, tanto de los medios como ciudadanos comunes, hablar o escribir despectivamente sobre alguien que “solo tiene ‘tantos’ seguidores. No es nadie”.
En otra época, que cincuenta personas opinaran sobre algo que dijiste o publicaste, podía considerarse una gran cantidad de gente. Y lo sigue siendo. ¿Solo tiene 890 seguidores? ¿Cuándo fue la última fiesta de cumpleaños donde 890 de tus amigos fueron a festejarte? ¿Invitarías a 890 personas a tu boda? ¡Es una cantidad enorme de gente! Por mencionar un ejemplo, el príncipe Harry y Megan Markle festejaron su boda con una cena para 200 invitados.
La cantante Katy Perry tiene más de 100 millones de seguidores en Instagram. Por su parte, el padre Pedro Opeka, quien rescato a todo un pueblo de la miseria en Madagascar ni siquiera tiene cuenta en esa red. ¿Alguno de ambos tiene más valor humano que el otro?
Es fantástico que, como es mi caso, cuando escribo un artículo o comparto un pensamiento serio o gracioso me lean más personas. Eso da satisfacción, porque quienes amamos escribir, lo hacemos para compartirlo con otros. Y cuantos más, mejor. Pero de ahí a poner un valor a los humanos por la cantidad de público que los sigue en las redes, es absurdo.
Sería maravilloso que no perdamos la perspectiva de quienes son las personas valiosas y las razones de porque lo son. Hay demasiados ejemplos a la vista como para confundirnos.
Martin
September 25, 2020 @ 9:46 pm
Hola Lana.
Hay que añadir, que los seguidores muchas veces son inflados artificialmente por una simple cuestión de Marketing.
Agencias que se dedican a encontrar tu “publico”.
Con las películas, los libros, lugares para visitar o restaurantes o comercios donde ir. Somos rebaños más que nunca y queremos pertenecer a algo o sentirnos parte de algo. Es agradable estar cerca de la gente que admiramos. Solo que a veces este gusto es demasiado superficial.
Lana Montalban
September 28, 2020 @ 3:09 am
Gracias Martin. Agradezco mucho que todos mis seguidores son humanos de carne y hueso, y en su mayoria, seres pensantes, como vos. Un abrazo.