Agradecimientos. Thanksgiving.
Agradecimientos.
Siempre trato de ayudar a propios y ajenos y especialmente en el Día de Acción de Gracias, intento hacer algo fuera de lo habitual.
Este año se me ocurrió comprar bolsitas con cierres y ponerles artículos de tocador, agua y comprar algo de comer para repartir a las personas sin hogar de Miami. Pregunté a mi hija –de visita de su universidad- si quería acompañarme y me dijo que sí. Así que con las cajas de empanadas calentitas y las bolsas en el auto fuimos a recorrer el Downtown. Tenia el inocente deseo de no encontrar a nadie, con la ilusión de que si no hay nadie en la calle, la realidad de tantas personas sin hogar no existe. Primero nos topamos con dos hombres. Su primera reacción fue de incredulidad al expresar: ¡están calientes! Como si comer comida caliente fuese algo milagroso. Y nos agradecieron efusivamente.
Luego, manejando sin dirección fija, doblé en una calle que superaba ampliamente en cantidad de gente sin hogar lo que habíamos llevado.
Con sonrisas y muchas palabras de bendiciones y agradecimiento, repartimos lo que habíamos llevado. Nos alcanzó para un tercio de los presentes. Los demás se quedaron con las manos vacías. Y los hombres nos preguntaban si no teníamos implementos para afeitarse: un claro síntoma de que a pesar de las duras circunstancias que les tocan (por la razón que sea) no determina que se quieran abandonar y que les guste estar barbudos y desprolijos.
Con lagrimas en los ojos y un vacío enorme en el corazón, abandonamos el lugar con mi hija, tomadas de las manos y pensando, una vez más, cuan bendecidas estamos en nuestra vida. Gracias a todo lo que tenemos, material, espiritual, sentimental, familiar, en amistad. Es tan abundante nuestra bendición que no hay palabras de agradecimiento suficientes en este Día de Acción de Gracias. Si estas leyendo esto, extiendo mis gracias y mi bendición a tu persona y tus seres queridos.
Thanksgiving.
I always try to help people close and not so close to me, and especially on the day of Thanksgiving I try to do something out of the ordinary. This year I decided to fill zip-locks with toiletries and water, and buy food for the homeless of Miami. I asked my daughter -visiting from college- if she wanted to join me and she said yes. So with boxes of warm “empanadas” and the plastic bags in the car we went to tour the Downtown. I had the naive desire to not find anyone, with the illusion that if there was no one on the street, the reality of so many people being homeless would not be real. First we found two men. Their first reaction was disbelief by saying: they are hot! As if eating hot food was something miraculous. And they thanked us profusely. Then, driving without a fixed address, I turned on a street that far exceeded in number of people the amount of things we had. They greeted us with smiles and many words of blessing and thanksgiving as we gave what we had brought. We were only able to give to a third of the people present. Others were left empty-handed. The men asked us if we had shaving implements: a clear sign that despite the difficult circumstances that touch them (for whatever reason) that does not determine that they want to be bearded and untidy. With tears in my eyes and a huge void in my heart, we left the place with my daughter, holding hands and thinking, once again, how blessed we are in our lives. Thanks to all we have: material, spiritual, emotional, family, friendship. Our blessing is so abundant that no words are sufficient to show my appreciation in this Thanksgiving Day. And, if you are reading this, I extend my thanks and my blessings to you and your loved ones.